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REVALORANDO EL TRABAJO DOMÉSTICO Y DE CUIDADOS

DÍA DE LOS TRABAJADORES Y TRABAJADORAS DEL HOGAR

Publicado: 2022-03-30

Hoy, 30 de marzo, se celebra el Día Nacional de los trabajadores y las trabajadoras del hogar. Desde COSADES (Comunidad San Marquina de Estudios Sociolaborales), expresamos un saludo fraterno, así como nuestro respeto y admiración para todos aquellos trabajadores y trabajadoras que día a día sostienen el mundo, ejecutando esas labores de cuidado que muchas veces nuestra sociedad no valora.

En el mundo, la protección internacional que se brinda a estos trabajadores es reciente. El Convenio N° 189 – Convenio sobre los trabajadores y trabajadoras domésticos de la OIT, data del año 2011. A partir de su ratificación nacional, en el Perú se tuvo que modificar la ley para los trabajadores del hogar del año 2003, pues esta no brindaba una protección adecuada, dejando a libertad de las partes la fijación de la remuneración percibida (podía ser menor del mínimo vital), sin beneficios sociales íntegros, sin edad mínima de prestación de estas labores, sin un contrato escrito, entre otras vulneraciones que evidenciaban que era una ley cuyo interés primordial se centraba en los empleadores (personas que requerían de trabajadores domésticos), lo cual demostraba una desvaloración institucionalizada por el trabajo del hogar o de cuidados. Esta desvaloración es coincidente con que el hecho que trabajo doméstico es ejercido esencialmente por mujeres, con una tradición de desigualdad por clase social, etnia y nacionalidad.

A partir del año 2020, con la dación de la Ley N° 31047, se ha incorporado una mayor protección para este grupo de trabajadores, acorde a los lineamientos planteados por el Convenio 189; estableciendo una edad mínima para prestar estos servicios, la obligatoriedad de un contrato escrito y detallado, gratificaciones íntegras, entre otras. Todo esto, impulsado por la presión y lucha continua de las organizaciones sindicales de trabajadoras y trabajadores del hogar, quienes exigen la revalorización de su trabajo y, en general, la revalorización de todo trabajo de cuidados.

Justamente, respecto de este último punto es que debe girar la reflexión en este día. La importancia de los trabajadores y trabajadoras del hogar radica en el tipo de trabajo que ejecutan no solo para un empleador particular, sino para toda la sociedad. Al encargarse de los trabajos de reproducción de la vida en sociedad: el mantenimiento de la casa, preparación de alimentos, el cuidado de los niños, cuidado de los adultos mayores o personas con alguna discapacidad, limpieza, conducción privada de los miembros del hogar, lavados, etc., dejando muchas veces de lado a su propia familia, lo cual permiten que otras personas puedan ejecutar labores productivas que la sociedad sí ha reconocido y valorado como tal, y que contribuyen con el bienestar y desarrollo social. Así, los trabajadores y trabajadoras del hogar también contribuyen a esta sociedad con su trabajo y sus sacrificios, ejecutando esas labores de cuidado sin las cuales ninguna sociedad podría funcionar.

Pero el trabajo del hogar no solamente constituye un aporte indirecto a la consecución del bienestar social. El cuidado de las personas, de los enfermos, la crianza de los niños, la limpieza y el orden de las viviendas, no son medios para que otras personas puedan ejercer el “verdadero trabajo”, son fines en sí mismos. ¿No son acaso, para la comunidad en su conjunto, de vital importancia la crianza de los hijos y sus formas de llevarla a cabo? ¿No es acaso un fin en sí mismo cuidar de los viejos, de los enfermos y de toda persona que requiera asistencia? ¿No es acaso fundamental para la salubridad biosicosocial de toda la comunidad que los hogares se mantengan limpios y ordenados? Si nadie se encargara de todas estas actividades las consecuencias en el campo de la salubridad, la educación, violencia, etc., impactarían en toda la comunidad. De ahí que debemos comenzar a dejar de pensar en que solamente el trabajo asalariado, al servicio del lucro, es el que merece la calidad de productivo. El trabajo en los hogares es tanto o más importante, a tal punto que quienes se dediquen a ellas deben ostentar un estatus social elevado traducido en términos de ingresos, educación y prestigio.


Escrito por

Cosades

Página de la Comunidad Sanmarquina de Estudios Sociolaborales (Cosades)


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